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Trabaje mas con menos fatiga

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Si deseas que tu trabajo te rinda más y te fatigue menos harás bien en concentrarte de lo que hay de cierto o falso en los siguientes conceptos.

Lo dicho aquí acerca de cada uno de ellos es fruto de extensas pruebas llevadas a cabo por fisiólogos y psicólogos.

A algunos casos está en abierta oposición con lo que muchos crean indudable.

Media hora de siesta vale, por tres de sueño.

Cierto.  Si usted echa un sueño después de almorzar después de comer o antes de cenar, necesitara dormir menos por la noche.

Algunos expertos sostienen que es su equivalente a las tres horas de sueño que antecede a la de despertar por la mañana.

Las personas que se jacta de dormir pocas horas son por lo general las que duermen antes o después de las comidas.

Más aprovecha reposar a gusto que dormir mucho.

Cierto. Los efectos reparadores de un reposo tranquilo equivalen al 80% del sueño.

Quien padezca insomnio amanecerá descansado sí, aunque sólo haya dormido pocas horas, y ha reposado en entera tranquilidad en las restantes horas de la noche.

Pero esto rara vez lo logran las personas insomnes porque la preocupación de no poder conciliar el sueño se los impide.

Esta misma preocupación contribuye a desvelarlos.

Las pequeñeces agotan más que un disgusto grande.

Cierto.  Esto se debe a que en la mayoría de los casos su misma insignificancia nos impide precisar en qué consisten en realidad esas mortificantes preocupaciones que nos van minando día a día el mismo efecto deprimente lo causan los regaños constantes.

En cambio frente a un conflicto serio entran en juego todos nuestros recursos y defensas.

El mejor trabajo es el que más se afana.

Falso.  Estudiada esta cuestión, lo que se ha comprobado es que en cualquier género de actividad trabajan mejor quienes trabajan sosegadamente.

La premura a nada conduce y la precipitación afanosa, nos agota y nos disminuyen la eficacia.

En un trabajo ejecutado con calma y regularidad, gastamos menos energías y damos mejor rendimiento.

Poner los pies en alto nos descansa.

Cierto.  Reposar diariamente por espacio de 10 minutos con las piernas extendidas y los pies a la altura de las caderas aviva la circulación de la sangre y nos refresca.

Los pasatiempos tranquilos nos dejan más descansados.

No siempre es cierto.  Los entendidos aconsejan que para un descanso prolongado desechemos los pasatiempos sedentarios, como la televisión y la radio, escojamos aquellos que comportan actividad mental a la par de actividad física.

Ensayemos la horticultura, paseo en bici, caminata, la pintura o cualquiera otra afición a nuestro alcance.

Desconfíe de resoluciones tomadas al final del día.

Cierto.  Es mejor atenerse, en su sentido más literal, a la frase que aconseja consultar primero con la almohada.

Lo probable será que en la mañana esté nuestro entendimiento más despejado que las últimas horas de la tarde, cuando tal vez se halle fatigado.

Trabaje mas con menos fatiga

Los gastos excesivos traen cansancio.

Cierto. Comprado algo que representa un gasto superior a nuestros medios suele producir en nosotros una sensación de cansancio.

Y es que la incertidumbre y la inquietud ocasiona en un desgaste de energía nerviosa y muscular comparable al del ejercicio físico violento.

Quien temprano se acuesta y madruga trabaja mejor.

No es regla infalible.  A este respecto hay dos clases de Personas:

Las que se hayan mejor dispuestas para el trabajo en las primeras horas del día ( porque duermen mejor en las primeras horas de la noche),  y las que trabajan mejor en la tarde o en las primeras horas de la noche (por que duermen mejor en la madrugada).

A esta última les conviene más trabajar tarde y levantarse tarde.

Estar en pie fatiga más que caminar.

Cierto. Cuando caminamos descansa alternadamente cada pierna, en cambio al estar en pie ambas piernas soportan el peso del cuerpo por otra parte, hacer fila fatiga más que permanecer simplemente en pie, debido a la impaciencia de la espera.

Trabaje mas con menos fatiga

De varias cosas por hacer hagamos primero las más enojosas.

Cierto.  Comencemos desde un principio y resueltamente lo más pesado o difícil de la diaria tarea,  con dejar un trabajo duro para después sólo conseguimos sufrir dos cansancios:

el de tenerlo y el de hacerlo.

En cambio despachando primero lo difícil el resto nos parecerá más ligero.